Cuando yo sea insecto
libaré, cariño,
la savia de tus labios
y por el cerco de tus pestañas
zumbaré gustoso de tus bellos ojos;
a tus cabellos subiré
enganchado de amor en sus manos
y por la línea de tu cuello
llegaré a las suaves colinas de tu abrazo.
Allí pienso quedarme,
hasta que por tu breve gesto
vuelva a la tierra y sea otra vez insecto.
(homenaje a Pablo Neruda, Los versos del capitán, “El insecto”)
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